Este año en el que el tiempo acompañó, más de doscientos montañeros cumplieron con la tradición y se dieron cita en la localidad de Colinas del Campo, aunque hubo gente que también subió desde Salentinos, para cumplir con la tradición en esta emblemática cumbre.
De regreso, tras superar los 13 kilómetros de recorrido que separan al pueblo de la cima, con un desnivel de 1.000 metros, Eduardo ya tenía preparadas las sopas de ajo y los chorizo al vino para reponer fuerzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario